martes, 30 de noviembre de 2010

Pasión en la Sangre - Capítulo 6

CAPITULO 6 – EL SABOR DE TU SANGRE

Sin ser apenas consciente de lo que estaba haciendo, Sasha se abalanzó sobre Angus sentándose a horcajadas sobre él, tendiéndolo de forma agresiva sobre la cama, apretándolo entre sus piernas, ella enrosco las manos alrededor de sus muñecas como si fueran grilletes apresándolo contra las sábanas, y con una lenta lamida recorrió con su lengua la barbilla, pasando por su mejilla y su pómulo, gimiendo al saborear su sangre, como si fuera lo más delicioso que hubiera probado nunca, instantáneamente la herida de Angus se cerró, dejando aún rastros de sangre que Sasha probó con avidez.
Como si esa poca sangre le hubiera dado nuevos ímpetus, empezó a contonearse por encima de la erección de Angus, sacando un jadeó de ella y un gemido de él.
Pequeños colmillos salieron de la boca de Sasha, mientras daba pequeños besos por la mandíbula de Angus, deslizando su boca hacia su cuello, lamiéndolo lentamente, pasando sus colmillos por el pulso que latía allí, por la vena rica en sangre. Él se quedó totalmente quieto, dejándola asumir el control, tratando de no lastimarla, era lo último que querría hacer estando ella tan fuera de control, Angus sentía como se movía Sasha contra él, su palpitante pene no lo dejaba pensar con claridad, la oleada de placer era tan fuerte que se encontró empujando contra ella, la fricción tan increíble, tan placentera que quiso penetrarla y hundirse en su suavidad y perderse a sí mismo dentro de ella, sus colmillos se afilaron saliendo de su boca, disponiéndose a compartir sangre con su pareja. Con un esfuerzo sobrehumano despejó la niebla sexual en la que se hallaba envuelto y logró controlar la lava ardiente que corría por su cuerpo centrándose en su ingle. Dolía como el infierno, pero debía hacerse.
Y al fin y al cabo, pensó Angus, esta así por mi culpa, la arrastre a esto y yo tengo que detenerla, antes que tome mi sangre, ella no sabe las implicaciones que sobrevienen con el primer desangramiento.
—¡Sasha! —dijo Angus mirándola directamente a los ojos, a pesar que su voz sonaba ronca por el esfuerzo de controlarse, su tono era suave y cariñoso —Sasha por favor regresa amor, no quiero lastimarte, mírame a los ojos, tienes una voluntad de hierro, eso lo sé, eres una luchadora, así que pelea contra la sed de sangre, puedes lastimarnos a los dos… aún no nena, no estás preparada para las consecuencias, no sabes lo que estás haciendo…
Un gruñido gutural salió de la boca de Sasha, sonando más como un animal herido que como un ser pensante, separó su boca y sus dientes del cuello de Angus e inclino la cabeza hacia atrás mientras continuaba moviéndose encima de Angus, con el sudor perlando su cuerpo, las gotas se deslizaban por su cuerpo, su piel refulgía en tonos dorados, haciendo aún más difícil el precario control de Angus, un estremecimiento la recorrió mientras el orgasmo rompía a través de ella, el Poder se desprendió de Sasha, tan fuerte como el de un Antiguo, tan grande como un tsunami que salió despedido desde su cuerpo recorriendo la habitación entera y rompiendo todo a su paso, las lámparas estallaron en mil pedazos, los adornos cayeron al piso desde los estantes y las mesas, los vidrios de las ventanas se quebraron con un audible “crack” derramando pedazos de cristal en un estallido de luces y un temblor se generó pasando a través de la casa y de las casas contiguas a la suya. Con un pequeño grito Sasha volvió a desmayarse encima del cuerpo de Angus, su cuerpo laxo derrumbado sobre él.
La angustia de Angus creció al sentir que las manos de Sasha soltaban el firme agarre en sus muñecas, mientras ella se derrumbaba encima de él, su cara pálida y sus labios temblorosos. Con velocidad preternatural la tomó en brazos acomodándola en la cama, fue al baño y tomó una toalla limpiando todo, mientras trataba de componerse y vestirse, sabía que Gabriel, Johann y Lilith vendrían de forma inmediata y no quería que supieran lo que había sucedido, tanto él como Sasha podrían tener problemas… sobre todo si sabían que Sasha había probado su sangre, aunque hubiera sido una minúscula parte de ella.

Mientras Gabriel dormía apaciblemente en el regazo de su tía, y ella y su tío Johann planificaban la forma de acomodar a los muchachos y de organizar la presentación tanto de Sasha como de Gabriel al resto de la comunidad vampírica, un temblor sacudió la casa desde sus cimientos, tan fuerte que las cosas que estaban sobre la chimenea y sobre las repisas se cayeron al suelo en un estruendo de cosas y vidrios rotos.
Johann y Lilith se miraron asombrados ante la fuerza del Poder que se desplego, suavemente Lilith acomodó a Gabriel en el sofá, quien a pesar de todo el ruido y el movimiento solo se acomodo sobre un almohadón y siguió durmiendo como si nada. Se encaminaron juntos y en forma apresurada a la fuente del Poder, la habitación de huéspedes, que en este momento ocupaba Sasha.
—Se supone que Angus está cuidando de Sasha, ¿Qué pudo suceder para semejante despliegue de Poder? —dijo Johann con el ceño fruncido.
—No sé, pero dirijámonos rápido hacia la habitación de Sasha, puede estar en problemas.
—Con la cantidad de Poder que despliega nuestra sobrina, sería muy difícil que le sucediera algo… creo que el que puede estar en problemas es Angus, y tendrá más problemas de los que se imagina si es lo que estoy pensando. —dijo Johann con un tono un poco burlón en su voz.
—¡Johann!, —dijo Lilith dándole una palmada en un brazo —no creo que haya pasado nada… no creo… ¿o sí? —dijo Lilith con los ojos muy abiertos.
—No lo sabremos hasta que estemos allí Lilu, y si no te apresuras, con la velocidad que sabemos que tiene Angus, no vamos a encontrar nada, ya debe haber limpiado “la prueba del delito”.
—ja ja ja muy gracioso.
La puerta de la habitación estaba salida del marco, rota e inclinada hacia un lado, por lo que Johann y Lilith no tuvieron que golpear, ni esperar para poder pasar, uno detrás de otro ingresaron rápidamente a la habitación, fueron recibidos por un montón de objetos destrozados que se extendían por todo el piso. Con cuidado caminaron hacia el centro del cuarto donde Angus se encontraba de pie al lado de la cama de Sasha, demasiado nervioso por lo que pudo observar Johann, ya que continuamente se pasaba la mano por el negro cabello, desordenándolo en todas las direcciones.
Una sonrisa asomó por los labios de Johann cuando entendió la situación, por más que Angus había tratado de organizar las cosas para que nadie se diera cuenta, la evidencia estaba en el desorden de su ropa, el desorden de la cama y el olor que se expandía por toda la habitación, el olor de la excitación tanto de él como de su sobrina. Disimulando una ira que no sentía, Johann dirigió su mirada hacia Angus.
—¿Me puedes informar que fue lo que sucedió aquí?
—emmmm, no sé cómo explicarlo... Ella… yo….
Johann pensó que era muy divertido ver al arrogante y siempre bien puesto Angus en esta situación tan comprometedora, ver a quien se preciaba de su aplomo y su sangre fría tan inestable por una mujer, quería esbozar una sonrisa y burlarse de él, pero por más que quisiera no podía, tenía que ponerle límites a Angus si él quería cortejar correctamente a su sobrina. Aún sabiendo que era inevitable que terminaran juntos, ya que su Destino estaba establecido desde el comienzo de los tiempos, su deber como protector de Sasha debía hacerse valer.
Con el rostro adusto Johann extendió una mano invitando a Angus a que lo acompañara. Lilith tomó el lugar de Angus al lado de la cama de Sasha y los dos se retiraron en medio de escombros y cosas rotas hacia el estudio, donde Johann se sentó en un pequeño sofá y con un gesto invitó a Angus a que tomara asiento enfrente de él. Que complicación, nunca había querido tener una familia propia por evitar las responsabilidades que acarrean los hijos, y aquí se encontraba, a punto de dar un sermón a una persona que era mucho mayor que él sobre la responsabilidad y sobre cómo comportarse en una relación… por Dios, hasta donde había llegado. Acomodándose, Johann comenzó.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Pasión en la Sangre - Capítulo 5

CAPITULO 5 – PASION

Sasha se despertó lentamente, su mente aturdida, ¿estaba durmiendo?, ella nunca dormía tan profundamente, nunca se lo había permitido, era demasiado peligroso para Gabriel y para ella. Asustada, entreabrió los ojos, observó los alrededores como era su costumbre y sintió una presencia a su lado, sin embargo, en lugar de asustarse, la presencia era tan tranquilizante, sentirse abrazada y protegida en esos duros brazos, así que simplemente se acurrucó más enroscándose en ese cuerpo musculoso y varonil, colocando su culo contra… ¿una erección? ¡Oh por Dios!, jadeando se levantó de un solo salto, y se puso de pie en posición para iniciar la lucha, instintivamente mandó una de sus manos hacia las armas que siempre tenía encima de ella, y no encontró nada, ni siquiera encontró ropa encima de su cuerpo, estaba desnuda en medio de una habitación desconocida, durmiendo al lado de un desconocido y completamente desnuda, creo que no he despertado aún. pensó.
—Mi niña, estas más que despierta
Esa voz, tan profunda, tan sensual, tan masculina, le recorrió la piel como un fuego incandescente quemando todo a su paso, hasta su férrea voluntad. Su voz la llamaba, era tentación y pasión, dio dos pasos vacilantes hacia la cama quedando a escasos centímetros de la figura que se perfilaba en la oscuridad. Inmediatamente su cerebro encadenó los acontecimientos, estaba acostada en esa cama con Angus. Él estiró una mano rozando su brazo, acariciando su cintura, bajando por la curva de su cadera y el calor emergió aún más ardiente, pequeñas lenguas de fuego recorrieron toda su piel desde la punta de sus dedos hasta su centro más intimo, sintió una tibia humedad mojándola, urgiéndola, sus piernas no la sostuvieron más y colapsó contra él.
—¡Angus!
—Ven mi pequeña, me necesitas, puedo sentir y oler cuanto me necesitas.
—Angus, no, yo no….
—No te resistas a tu propio cuerpo, no te resistas a tu propio deseo, no te resistas a lo que yo te puedo ofrecer, he esperado tanto por esto Sasha.
Con delicadeza Angus tomó a Sasha por la cintura y la recostó en la amplia cama. La observó, tan hermosa, su cabello como algas en un mar turbulento se esparcía por la almohada, la piel dorada era el cielo, algo tan dulce, algo tan suave, algo que quería probar hasta saciarse completamente.
Las manos de Angus vagaron infinitamente tiernas por su dolorida piel, Sasha tan pérdida en su placer lo dejó hacerlo, la acarició lentamente, subiendo hasta su pecho, acunándolo con su enorme mano. En un momento, Angus apretó el brote de su pezón entre su dedo pulgar y su dedo índice enroscándolo.
—¡Oh, Dios mío! —Sasha tembló entre sus brazos.
Lentamente, Angus descendió su cabeza hacia el mismo pezón que había acariciado y lo tomo en su boca, dándole pequeños golpecitos con su lengua y enroscándola en el delicioso brote, Sasha jadeó y su respiración se aceleró aún más, el dolor que sentía entre sus piernas era insoportable. Y entonces Angus descendió su mano desde su pecho pasando por el vientre liso y descendió hasta su intimidad, abriendo con los dedos los pliegues colocó el dedo pulgar en su clítoris haciendo perezosos círculos alrededor de él.
—¿Qué… estas… haciéndome?
—Nada mi niña, sólo estoy haciendo lo que quieres que haga —Su voz estaba ronca y aquel aire orgulloso que sostenía siempre en el acento de su voz lo había abandonado.
Suavemente Angus introdujo un dedo en su ardiente vaina, se sentía ferozmente caliente y tan húmeda que él mismo se encontró en el borde en ese momento. Los ojos de Sasha, eran opalinos, su enredado cabello sólo la hacía ver más hermosa. Esta era su mujer. Suya, por derecho, por nacimiento, por la profecía, por lo que quisieran pero era suya.
Con este pensamiento Angus introdujo dos dedos, ampliándola, sintiendo la resistencia de su virginidad.
—No más Angus, no más —susurró Sasha.
—Eso dice tu boca, pero tu cuerpo pide más.
Angus se contuvo para no tomarla, aún no, pensó, sabía que Sasha no estaba lista para la clase de compromiso que le iba a ser solicitado cuando supiera la verdad. Disfruta estos instantes, no más.
Sasha sintió el calor subiendo a miles de grados de temperatura, mientras Angus se acomodaba entre sus piernas. Suavemente tomo cada rodilla y la abrió aún más a su asalto. Ella vio descender su cabeza hacia su sexo en medio de una neblina de placer que le enturbiaba la mente, la suavidad de su cabello le acarició los muslos y la dejó sin un solo pensamiento coherente.
Angus se cernió sobre ella… contemplándola desde su altura, su pequeño sexo estaba húmedo y su excitación hacia que su clítoris palpitara, descendió y cuando por primera vez Angus la probó supo que quedaría para siempre prendado a su sabor. Era dulce y picante a la vez, como su Sasha. La lengua de Angus recorrió los labios y se arremolinó sobre el brote de su clítoris, Sasha saltó ante su asalto, por lo que la mano de Angus se posicionó sobre su vientre para anclarla a la cama, las manos de Sasha descendieron al oscuro cabello de Angus enredándose en las sedosas hebras, tiró de él para que continuara. Angus siguió recorriendo con su lengua el sexo de Sasha, introduciéndola en su estrecho pasaje, chupando su clítoris, mientras con la otra mano bajó la cremallera de sus pantalones y sacó su pene acariciándolo, mientras seguía dándole placer a Sasha.
El calor subió varios grados de temperatura en el cuerpo de Sasha mientras que se acercaba a su culminación, Angus sintió que estaba cerca así que aceleró aún más su asalto… hasta que ondas de placer atravesaron a Sasha mientras se retorcía de placer en la cama, mientras la semilla de Angus se derramaba por las sabanas, gimieron al unísono en medio de una neblina de placer y de luces artificiales que estallaban detrás de sus ojos.
Ambos se quedaron tumbados en la cama, la cabeza de Angus descansaba en el vientre de Sasha mientras recuperaban la respiración, lentamente el aturdimiento se disipó dejando en Sasha una fría rabia, que salió de su boca en  forma de un gruñido, inmediatamente Angus levantó la cabeza para contemplarla.
Sasha levantó un puño y lo estampó en la cara de Angus, haciéndole un corte en la mejilla, la sangre resbaló por su piel goteando por su barbilla. A la vista de la sangre los ojos de Sasha se volvieron totalmente plateados mientras una especie de estertor brotaba de su garganta, incrementándose, volviéndose poco a poco un gruñido que helaba la espalda.

Pasión en la Sangre - Capítulo 4

CAPITULO 4 – FAMILIA

Los vampiros que acompañaban a Johann se dispersaron en medio de la noche, después de despedirse de él. Gabriel no confiaba en nadie, mucho menos con la vida de Sasha, así que no perdía detalle de los movimientos de Angus mientras éste tomaba un pequeño camino a través de la arboleda con la muchacha aún desmayada entre sus brazos.
Johann y Gabriel siguieron los pasos de Angus, sin embargo, en un momento Gabriel estaba observando la espalda de Angus, y al siguiente segundo, en un pequeño parpadeo, Angus desapareció de su vista con Sasha entre sus brazos.
Gabriel tomó impulso para salir corriendo detrás de Sasha, cuando la mano de Johann lo contuvo.
—No te angusties, Angus no le hará daño, solo se adelantó a la casa para poder atender a Sasha.
Gabriel se tranquilizó un poco, así que caminaron lentamente hasta lo que parecía una serie de villas, cada una con un inmenso jardín propio que separaba un caserón del otro, los amplios jardines estaban sembrados de árboles frutales que emanaban su dulce esencia al viento. Las flores de la entrada estaban muy bien cuidadas, rosas, claveles, margaritas, jazmines, azaleas, etc.
La casa en sí era enorme, los tres pisos con balcones daban la apariencia de una casa colonial del Medioevo, dos grandes columnas de granito con símbolos ancestrales y antiguos grabados en cada una de ellas, enmarcaban la entrada de la casa mostrando un gran porche blanco, las puertas dobles de cedro oscuro daban acceso e invitaban a entrar, cada una de las puertas tenían hermosos vitrales donde se entrecruzaban más símbolos. Los ventanales eran de vidrio oscurecido, la propiedad se veía muy bien cuidada, toda la casa daba una sensación de paz y seguridad. Al parecer era la vivienda de Johann. Una mujer esperaba con cara ansiosa en la puerta.
—Johann, ¿Qué ha pasado? Angus llego con una muchacha en brazos, supongo por el parecido que es Sasha, pero ¿por qué se desmayó? —preguntó la mujer.
Era relativamente alta, morena, su cabello largo y lacio rodeaban un rostro de finas facciones, al verla Gabriel observó un gran parecido con Sasha, tenía los mismos hermosos pómulos, los ojos negros y expresivos, los labios rebosantes y gruesos, pero a diferencia de Sasha, sus ojos eran calmados y tiernos.
—Lilith, este es Gabriel, —dijo Johann señalando al muchacho, —Gabriel, esta es mi hermana, tu tía Lilith. En cuanto a la razón por la que Sasha vino en ese estado… bueno, creo que entro en shock al verme, parece que le recuerdo mucho a nuestro querido hermano William.
—Oh, ya veo, bueno supongo que podemos ingresar a la casa, Angus dijo que se quedaría a su lado hasta que despertara, Gabriel siéntete como en tu casa. Uhmmm realmente es tu casa, esta propiedad es la herencia directa de tu padre, pero nosotros hemos vivido en ella desde que tu padre salió al mundo exterior fuera del Escudo de Ashleton.
—Bueno, gracias señora —dijo Gabriel tímidamente —pero ya que somos… familia, no veo ningún problema en compartir, además que esta casa es muy grande para nosotros dos solos.
—A ver muchacho si no puedes decirme tía, al menos dime Lilith como todo el mundo. No soy tan vieja, solo tengo 500 años.
Gabriel abrió mucho los ojos ante la afirmación de la mujer, 500 años… en que extraño mundo se había metido, ¿aún estaría dormido?, ¿era esto un sueño?, si era eso, no quería despertar, por primera vez desde que recordará se encontraba cómodo, feliz, seguro, tenía una sensación en el pecho que le llenaba, esto era una familia, ‘su familia’, se recordó.
—Ven Gabriel, vamos a sentarnos junto a la chimenea, donde estaremos más cómodos, además podríamos conversar y conocernos mucho mejor, eso es lo que queremos tu tío Johann y yo
Se sentaron en un amplio sofá, Lilith le trajo a Gabriel un plato de comida deliciosa y humeante.
—¿Solo yo voy a comer?
—Sí, nosotros ya hemos ‘cenado’, —dijo Johann, tratando de decir las palabras adecuadas para no asustar a Gabriel —por ser tan antiguos nuestra dieta se limita a sangre, eventualmente podemos comer, pero no nos alimenta ni nos mantiene fuertes, así que la alimentación humana solo es para cuando deseamos “aparentar”, pero básicamente  la sangre es nuestro sustento.
—Y… como la obtienen, digo, no veo por aquí ningún voluntario estirando el cuello para que se deje morder.
Johann miro a Lilith con una expresión divertida en la cara.
—No, Gabriel, salimos y la buscamos, no lastimamos a nuestros proveedores, solo tomamos un poco de su sangre y nada más. Después entramos en su mente y los hacemos pensar en cosas totalmente agradables para que no recuerden lo que sucedió.
—¡Aghhhh!, que asco.
—Sera mejor que no te de tanto asco, algún día tendrás que hacerlo tú —le dijo Lilith.
—Sí, claro, como no
Una paz se instaló en Gabriel, había vuelto a casa, por fin podía descansar tranquilamente, sin persecuciones, sin violencia, sin sacrificios. Observándolo todo a su alrededor, se acomodó al lado de su tía. Cuando terminó de cenar, recogió su plato y lo lavó mientras Johann y Lilith hablaban, después se sentó nuevamente al lado de su tía.
El fuego que emitía la chimenea era cálido y acogedor, Lilith pasó un brazo por su espalda y Gabriel terminó acomodado en el regazo de su tía, hasta que el sueño se abatió sobre él, y terminó durmiendo profundamente.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Pasión en la Sangre - Capítulo 3

CAPITULO 3 – CONOCIMIENTO

Sasha se quedo mirándolo, entre intrigada y asustada por lo que había acabado de decir.
—¿Cuál es tu nombre? —lo interrogó
—Angus Augustus Athelenus, aunque solo me dicen Angus.
—Bueno “Ang”, serías tan amable de soltarme, creo que puedo sostenerme en pie por mí misma, llevo mucho tiempo haciendo todo sola para que necesite de alguien… y de una vez puedes soltar a mi hermano y retirarte a unos 10 metros de distancia, no me gusta tu cercanía, ah y otra cosa, ningún “nosotros”, yo no soy como tú y espero nunca serlo —lo observó de frente, sin titubear, mostrándole con la mirada lo que pensaba de su actitud para con ella.
Angus sonrió, —Ningún Ang, no sea irrespetuosa niña.
—Y otra vez con esa palabrita, no soy una niña, soy una mujer, un persona adulta, o es que estas ciego.
Angus le recorrió el cuerpo con la mirada llena de deseo —créeme, de eso ya me había dado cuenta, —su mirada quemó a Sasha, —pero para nuestros estándares de vida aún eres una niña, aunque has podido desarrollar sola muchos de los Poderes que solo poseen los vampiros más ancianos, eso significa que eres…. —Angus iba a añadir algo más pero se dio cuenta que Sasha estaba asustada y confusa, así que se guardo el resto de lo que iba a decirle.
—¡No me has oído!, eres bruto, idiota o algo parecido, mira mi boca mientras lo pronuncio, no-soy-como-ustedes.
—Eso es lo que tú crees, desafortunadamente tus padres murieron a manos de los “Renegados”, antes que pudieran introducirte en nuestras costumbres, nuestros niños son muy raros y los protegemos, generalmente esperamos a que sean lo suficientemente maduros para asumir su vida y asumir lo que son, después de los quince comienza el primer aprendizaje hasta los veintiún años que es cuando se empiezan a desarrollar los Poderes. En este momento son más los vampiros convertidos que los nacidos, sin embargo hemos tenido problemas con los convertidos, ya que al haber sido humanos su naturaleza hace que se rebelen a la autoridad y a veces es inevitable que se unan a los “Renegados”, es por eso que nuestras leyes prohíben la conversión de más humanos, realmente solo nos alimentamos de ellos, no más.
Sasha lo miró queriendo ahorcarlo, el hombre era insufrible.
Angus calló mientras la caravana de vampiros llegaba a donde estaban. Sasha sentía una enorme necesidad de correr, sin embargo, eso era imposible por el momento, analizó la situación con cabeza fría: Primero, los vampiros al otro lado del escudo seguían allí, como si estuvieran esperándola. Segundo, quizá ella podría pelear… y aún cuando la idea en sí era descabellada, por la cantidad de vampiros tanto de un lado del escudo como del otro, ella tenía que pensar también en Gabriel, lo primero para ella era su amado hermano, y Gabriel no era muy bueno peleando, aún cuando ella le había enseñado a luchar y a manejar diferentes armas. No quería que Gabriel saliera herido, o algo peor, otra vez las imágenes de los cuerpos sin vida de sus padres aparecieron en su cabeza.
Resignada se quedó al lado de Angus, “si nos quisieran muertos, ya lo habrían hecho ¿o no?” pensó.
.A su lado Angus volteó a verla. “Si te quisiera muerta ni siquiera me hubiera molestado en advertirte y en ayudarte y mucho menos en arriesgar mi vida por ustedes”
“No te metas en mi cabeza troglodita”
“Eres tú la que piensa demasiado alto, controla tus Poderes, ya lo has hecho antes, no entiendo porque no lo haces ahora”
“Yo no tengo ningún Poder, soy humana, ¿no lo entiendes? H-u-m-a-n-a.”
“¿Si?, y entonces como estas comunicándote mente a mente conmigo”
Esto último asustó a Sasha de una manera increíble, puso su barrera mental para que él no pudiera volver a entrar. Pasó una mano a través de su cabello y se dio cuenta que temblaba, por lo que la puso a su espalda antes que alguien se diera cuenta.
El grupo se acercó, hasta quedar a unos cinco metros de donde se encontraba Sasha, Angus y Gabriel; de sus filas salió un hombre alto y fuerte, con su cabello oscuro y sus ojos negros penetrantes. Sasha jadeó, aquel hombre era demasiado parecido a su padre. Sí Sasha no tuviera la certeza que su padre estaba muerto, si no hubiera visto su cuerpo sin vida en el piso en aquella noche, podría jurar que quien se acercaba a ellos era su amado padre, las lágrimas se desbordaron por sus ojos, sin poder controlarlas. El hombre se acercó y se presentó.
—Buenas noches Sasha, Gabriel, —Sasha no pudo reprimir otra lágrima al escucharlo, hasta su voz era tan familiar —mi nombre es Johann, soy el hermano gemelo de su padre, y por lo tanto, como familia, les pido que me acompañen y se hospeden conmigo.
Sasha no pudo aguantarlo más y dejó que su instinto ganara. Sin saber porque, se abrazó a aquel hombre que decía ser su tío, añorando las caricias paternas, añorando el amor y la sensación de familia.
Gabriel la observaba con la boca muy abierta, Sasha nunca era tan abierta a demostrar sus emociones, sin embargo, se dio cuenta que aquel hombre la había desestabilizado como nadie más. Sasha sintió que todo lo que había estado guardando durante diez años se desbordaba en aquel abrazo. Johann, entendiendo como se sentía Sasha simplemente la abrazó y la consoló meciéndola en sus brazos mientras las lágrimas de Sasha seguían derramándose sin que las pudiera controlar ni detener.
—Creo que será mejor que vayamos hacia mi casa —le dijo Johann suavemente a Sasha —no es bueno desestabilizarse delante de tantos de nosotros y menos delante de los “Renegados”.
Al mirar hacia abajo, Johann se dio cuenta que Sasha no podría caminar, su cuerpo se sentía flácido y estaba casi seguro que estaba a punto de desmayarse, se inclinó tratando de cargar a Sasha, y antes de poder hacerlo, Angus estaba allí, ya con Sasha en brazos.
—Es mía —dijo Angus mirando a Johann de frente
Fue lo último que escuchó Sasha antes de caer en la inconsciencia en los brazos de Angus. Un negro abismo la tomo y ella se fue de la realidad.
—Nadie te esta arrebatando lo que por derecho te corresponde, —dijo Johann tranquilamente —sé perfectamente del trato realizado entre nuestras familias, pero ella no puede cargar en este momento con el peso de una promesa hecha antes de su nacimiento, menos con lo que se predijo sobre ella, sobre ustedes, te pido por favor Angus, que la dejes adaptarse, que le permitas estar con su familia como debió haber sido desde el principio, tiene mucho que aprender antes de estar a tu lado.
Angus sabía que el orgullo de Johann estaba siendo barrido por la necesidad de cuidar de Sasha, entre los vampiros el orgullo valía más que cualquier cosa y Johann estaba pidiéndole, casi rogándole. Así que reluctantemente siguió el camino que conducía a la casa de Johann, pero negándose a soltar a Sasha de sus brazos. Acunándola contra su pecho, se sintió completo, nunca se había sentido así. Feliz, la vida le cantaba su música al oído con sólo ver el rostro de Sasha.
Johann palmeó la espalda de Gabriel mientras extendía una mano invitándolo a seguir a Angus, Gabriel obedientemente los siguió

miércoles, 25 de agosto de 2010

Premios

Estos son los premios que me regalo Laqua, gracias a tí, además lo menos que podía hacer era felicitarte, a todos nos gusta nuestros cumpleaños... bueno excepto a la "pobre viejecita" de Rafael Pombo... jajajajaja



















Bueno eso es todo.... laqua me encanta sobre todo este último.... delicioso.

lunes, 23 de agosto de 2010

Pasión en la Sangre - Capítulo 2

CAPITULO 2 - PERSECUCION
Sasha se inclinó tratando de coger las manos de su hermano, que con un rictus de horror en el rostro desapareció engullido por la ventana. Se quedó allí de pie durante unos segundos, con la incredulidad estampada en el rostro… los habían encontrado, habían atrapado a su amado hermano, las imágenes del pasado venían a ella, pero ahora en lugar de ver los cuerpos desmadejados de sus padres, veía el de Gabriel.
Sin pensarlo dos veces y de un solo salto ingreso a través de la ventana con la resolución de una guerrera. Desenfundó la espada mientras sus ojos se acostumbraban a la oscuridad… aunque desde hace un tiempo había notado que le era más fácil ver en la oscuridad. “Es por el entrenamiento y la práctica”, pensaba ella, pero cada vez era más y más consciente del Poder que se enroscaba en su interior, algo que había despertado hacia más o menos un año y aún no entendía el porqué.
En la esquina apartada una figura se movió, un hombre alto estaba en las sombras más oscuras, sus ojos brillaban en la oscuridad, tenía a su hermano en sus manos a manera de escudo mientras la contemplaba fijamente.
—Baja la espada, no vengo en son de pelea —dijo él con voz suave y calmada, una voz que tocó a Sasha en lo más profundo de su alma, como nadie nunca lo había hecho.
La furia hizo que Sasha temblara, una llama se extendió en su interior inundándola con el sentimiento, la prioridad era su hermano, se acomodó en la postura de un guerrero con la espada en alto, sus pies apenas rozaban el suelo mientras se acercaba amenazante hacia el extraño.
—Eso debió haberlo pensado antes de poner las manos sobre mi hermano, ¡suéltelo ya mismo! —dijo haciendo rechinar sus dientes. Sasha estaba furiosa y sabía que si continuaba así fácilmente perdería el control de sus emociones.
Gabriel la miró asombrado, otra vez sus ojos eran opalinos y su cabello se extendía alrededor de ella como si tuviera vida propia, como si un viento lo arremolinara y lo alzara por encima de su cabeza, se veía como una amazona, sus pasos parecidos a una bailarina de ballet, como agua derramándose de un riachuelo.
—Lo suelto si tu sueltas la espada y las demás armas que cargas encima —dijo el hombre sin inmutarse, su rostro duro como una piedra no mostraba emoción alguna, el Poder se enroscaba en él, tan peligroso como un león en la jungla.
—No crea en su buena suerte maldito, si no lo suelta ya, iré por usted y no le gustara nada lo que pienso hacerle, así que suéltelo –finalizó la frase con un gruñido gutural que salió de lo más profundo de su garganta.
El hombre la contempló, algo en sus ojos hizo que Sasha vacilara, era una mezcla de dolor, de ternura, de algo más que a Sasha le fue difícil de definir, era como si este hombre la conociera, pero la vida le había enseñado a ser cuidadosa, cautelosa y muy desconfiada.
—¿Quién demonios es usted?
—Deja de maldecir por un instante y baja la espada, tienes que moderar tu lenguaje jovencita, no voy a hacerles daño, sin embargo, es mejor que salgamos rápido de aquí, los “otros” vienen y no te gustaría que nos encontrarán aquí siendo nuestro número mucho menor que el de ellos.
—Mire, en primer lugar, no soy ninguna “jovencita”, ni le he dado confianza para que socialice conmigo, y en segundo lugar, ¿Quienes son “los otros”?, ¿a quienes se refiere?
—Los “Renegados”, los vampiros renegados que te han estado persiguiendo, baja el arma y movámonos, ya casi se encuentran sobre nuestras cabezas y son un gran número, si alcanzamos a llegar a un sitio seguro, no podrán hacernos nada, pero aquí estamos en peligro.
Sasha no confiaba aún en el hombre, criatura o lo que sea que fuere él, pero sentía el hedor del mal empezar a llenar el aire, y supo que le había dicho la verdad, venían un gran número de vampiros y estaban de cacería y el premio de caza era ella y Gabriel. Sasha tomó la mano de su hermano sin importarle sacarlo de los brazos de aquel hombre, salió por la ventana igual que como lo había hecho anteriormente y empezó a sondear el aire. Allí de pie vio una nube oscura venir desde el sur, la nube se movía, tenia vida propia, para su horror se dio cuenta que no era una nube, era una cantidad enorme de vampiros que se acercaban a gran velocidad.
Gabriel y el hombre ya se encontraban afuera, él trato de abrazarla pero ella se alejó de él al sentir el calor de su piel contra la suya, sintió como si la hubiera quemado, era una especie de electricidad corriendo por su cuerpo, calentando su sangre, pulsando en sus venas. Como si supiera lo que ella había sentido, él sonrió, la miró con sus negros ojos y le dijo:
—No te voy a hacer nada que tu no quieras —la atravesó con su mirada penetrante llena de algo indescifrable, —es solo que no podemos simplemente salir corriendo para librarnos de ellos, tenemos que huir de aquí rápidamente, así que ven y no nos atrases más —le dijo
A pesar de la suavidad de su voz, para Sasha sonó como un regaño y una orden, ¿que se creía este imbécil, que ella era alguien a quien podía manipular?, quiso gritarle y oponerse o aunque sea mandarle algo para romper su cabezota dura, eso la haría muy feliz, pero ante el hedor del mal que cada vez inundaba más su nariz se dejó abrazar, sin saber exactamente que iba a hacer el hombre para superar la velocidad de tantos vampiros y encima cargando con dos personas, sin embargo, él era increíblemente fuerte y los tomó a cada uno en un brazo como si no pesaran más que una pluma y con un impulso, tomo el aire volando por encima de las casas. Gabriel jadeó de manera involuntaria ante la sensación y Sasha contuvo su propio grito, solo porque su orgullo le dictó que de ninguna manera le daría a ese hombre un arma para poder utilizarla en contra de ella, y que él conociera su aversión por las alturas.
El hombre estaba totalmente concentrado en el vuelo y en escapar de los vampiros, imprimiendo una gran velocidad, así que por primera vez Sasha pudo darse el tiempo y el lujo para estudiar al enemigo: Era un hombre muy guapo, de una belleza masculina áspera y espectacular: Sus crudos rasgos marcados con un gesto de presunción y de crueldad, los ángulos de su cara eran como los de una estatua griega, casi perfectos, excepto por una cicatriz que marcaba su mejilla izquierda, pero esto sólo lo hacía ver más varonil, una incipiente barba de dos días adornaba una mandíbula cuadrada y terca, sus oscuros y hermosos ojos adornados con unas hermosas pestañas largas y negras y unas cejas bien formadas y espesas, su cabello sedoso y negro caía en ondas hasta su amplios hombros, salvaje y felino. Su cuerpo era atlético y bien formado, el ondear del viento en su camisa había logrado que los primeros botones se soltaran, dándole una buena vista de los músculos de su pecho y su abdomen. Un calor recorrió el cuerpo de Sasha ante la vista de su piel desnuda e involuntariamente tembló.
Él la sintió temblar en sus brazos y volteó sus ojos hacia ella: “Tienes frio, porque te puedo calentar”. Su voz tan suave, tenía una leve insinuación sexual cuando había pronunciado esas palabras.
Sasha no lo podía creer, él le había hablado en su mente, había derribado las barreras que cuidadosamente ella había levantado y las palabras habían resonado en su mente, más no fue eso lo que más la preocupó, lo que realmente la asustó fue la respuesta de su cuerpo ante la voz en su mente, sintió su cuerpo palpitando, hambriento, sensual. Su excitación sexual se encumbró hasta el límite, rápidamente, sin darle tiempo al raciocinio ni a un pequeño pensamiento y cuando la mano de él rozó uno de sus pechos, no supo si de manera voluntaria o involuntaria, el calor se proyectó de tal manera que sintió el orgasmo recorrer su cuerpo, allí mismo, en el aire, con el solo toque de su mano, con un montón de asesinos vampiros persiguiéndolos, con su hermano cerca, y lo peor de todo, lo había causado un perfecto desconocido.
Sasha lo observó con sus ojos muy abiertos, ¿Qué le había pasado?, el calor aún se enroscaba en su cuerpo, haciéndola desear más de algo, algo que desconocía, algo que nunca había sentido por nadie. Por supuesto que no era una completa ignorante, en los cortos tiempos en los que convivía con alguna familia, estos la habían puesto a estudiar, y tenía un montón de compañeros de estudio, algunos de ellos muy guapos, hasta había tenido una que otra cita y se había atrevido a besar a uno, sólo por la experiencia, aunque ésta no le había resultado muy buena, si hubiera besado una pared hubiera sentido más que aquella vez que besó a aquel chico.
Eso la asombraba aún más, nunca había sentido nada así por nadie, y menos por alguien al que había acabado de conocer y al que no quería conocer. Él le volvió a hablar en su mente: “¿Ahora si estas caliente?”,
Sasha observó que una sonrisa curvaba su boca, como si supiera lo que le había hecho. En su mente le envió una imagen de ella dándole una patada muy, pero muy fuerte en sus partes nobles, y lo visualizó a él retorciéndose en el piso como una ardilla, cogiéndose su paquete con ambas manos y dando alaridos de dolor.
Eso no sería nada amable de tu parte, además si me hicieras eso… después te las cobraría, aunque creo que a ti te gustaría la forma en que me cobraría tal fechoría”
Sasha le envío su mirada más asesina, al ver que él no se inmutaba, simplemente se encogió de hombros y frunció el ceño. En voz baja para que su hermano no escuchara le dijo:
—Sal de mi cabeza ya mismo y deja de querer congraciarte conmigo, no voy a caer en tu trampa, así que déjalo ya.
—En mi trampa ya caíste. Al menos ya me tienes confianza, tanta que has puesto tu vida y la de tu hermano en mis manos —dijo él con aire de suficiencia
—Maldito imbécil, bestia inmunda, pedazo de excremento, troglodita,…. —Sasha siguió murmurando toda clase de improperios, los que se sabía y hasta algunos más que se inventó en el camino.
Los vampiros los seguían muy de cerca, tan cerca que podían sentir su respiración en la nuca, el aura de maldad la ponía enferma, pero en un determinado momento Sasha sintió como si pasaran por un escudo invisible, un campo de energía, el cual hizo una leve invasión en la mente de los tres.
—Estamos pasando por el escudo de Ashleton, a partir de aquí, los renegados no nos pueden seguir. —dijo él
El hombre tomó tierra aún sujetando firmemente a Sasha y a Gabriel, lentamente liberó a Gabriel aunque aún su enorme mano rodeaba la muñeca de la mano del muchacho de forma protectora, sin embargo, Sasha se dio cuenta que a ella no la soltaba, es más, la abrazaba de forma posesiva, como si fuera de su propiedad.
Sasha se contorsionó en sus brazos, hasta pegarle un empujón que lo hizo alejarse de ella. Sin embargo, él volvió a tomarla por la cintura con más fuerza aún.
—No es buena idea soltarte mi niña, así que quedémonos un rato así.
—No se si no me he hecho entender, pero NO-SOY-UNA-NIÑA, y no tienes ningún derecho a abrazarme, ni a tocarme de la forma en que lo estás haciendo, así que suéltame.
El simplemente se encogió de hombros haciendo que la camisa fluyera a través de sus pesados músculos y siguió abrazándola fuertemente.
Fuera del escudo de Ashleton los vampiros renegados detuvieron su vuelo a escasos pasos, siseando y gruñendo contra la barrera que aparentemente no los dejaba continuar, los más intrépidos trataron de pasarla, pero parecía como si se quedaran pegados en una enorme red de araña que al tacto pasaba electricidad por sus cuerpos. Una vez tocaban aquella red no podían soltarse de ella, la electricidad crujía a lo largo del escudo hasta que empezó a elevarse un olor a carne chamuscada y a algo parecido a huevos podridos mientras los cuerpos eran totalmente carbonizados hasta convertirlos en cenizas.
Sasha miraba fascinada hacia la red, para nada intimidada con lo que estaba pasando, Gabriel no pudo soportarlo y volteó la cara hacia atrás, para observar un grupo de gente acercándose a ellos, eran muchos, asustado se revolvió tratando de soltarse de la mano que lo sostenía, dispuesto a salir corriendo, sus instintos de supervivencia estaban primando por encima de todo.
—No les temas, ellos son como nosotros —dijo el hombre sin dejar de mirar a Sasha, quien ante aquellas palabras abrió los ojos y se puso absolutamente pálida

viernes, 20 de agosto de 2010

Pasión en la Sangre - Prologo y Capítulo 1

Prologo

La vida a veces da tantas vueltas, las experiencias de este mundo nos marcan, nos dan sabiduría, nos dan emociones. Aunque la vida misma termina donde comenzó, cuando el alma vuelve a su estado original, cuando el cuerpo se vuelve pequeñas partículas, cuando el espíritu vuela libre de cualquier atadura terrenal.
¿Pero qué pasa cuando la vida no concluye? ¿Qué pasa cuando los días se convierten en semanas, las semanas en años, los años en siglos, los siglos en eternidad?
La eternidad… aquello inalcanzable para el ser humano, aquello soñado por muchos y alcanzado por pocos, aquella maldición en la que se encuentran las criaturas que viven en la oscuridad. La posibilidad de lo imposible… ¿Puedes tú creer en lo imposible?


CAPITULO 1 - EL INICIO

Sasha no era más que una niña, cuando vio morir a sus padres. La agonía que leyó en sus rostros quedaría impresa en su cabeza para toda la eternidad, ahora ya adulta no entendía el porqué de sus muertes, el porqué la criatura que les succiono la vida simplemente la dejó vivir a ella, sin tocarla, sin hacerle nada. Continuamente en sus pesadillas veía a aquel monstruo, siempre en las sombras, con un peculiar brillo rojo en sus ojos, el odio y la maldad filtrándose a través de ellos. Sus pesadillas.... ya las conocía de memoria, era un recuento de lo que había sucedido esa noche.
Veía cuando la bestia se agachaba sobre su padre y le destrozaba la garganta con sus afilados dientes para después prenderse de la sangre que emanaba de la herida con un placer insano. Su madre y su pequeño hermano en un rincón con sus temblorosos cuerpos a punto del colapso, una vez hubo terminado con la vida de su padre, tomo a su madre de los cabellos arrastrándola a él, de dos zarpazos rasgo sus vestidos y la tomó allí delante de sus dos hijos, para después torcerle el cuello y beber de la sangre vital que escurría a lo largo de su cuerpo. En medio de aquella locura, Sasha intentó moverse, correr… pero su cuerpo no le respondía, la orden de la criatura estaba impresa en su cabeza, sin embargo, cuando vio que se acercaba a su pequeño hermano, lo más preciado, lo más sagrado, algo más fuerte en ella renació, un Poder que nunca creyó que existiría en alguien tan frágil como ella.
Se abalanzó sobre la horrenda criatura retorciéndole la cabeza con sus manos, hasta que la cabeza se separo de su cuerpo, sin embargo, observó que aquella bestia no moría, increíblemente seguía viva. Tomó entonces la gasolina que se encontraba en el garaje y roció a la criatura que gritaba y se arrastraba por el piso tratando de alejarse de ella. Sasha tomo un fosforo y simplemente lo arrojó hacia el vampiro que se retorcía en agonía, mientras Sasha alzaba a su hermano y lo llevaba escaleras arriba a la cama…
Allí la pesadilla siempre terminaba, gritando y agitando las manos volvía a la realidad, una realidad que no era mucho mejor que su pesadilla.
Vivían con su pequeño hermano, Gabriel, en un cuartucho que pagaba a diario con lo poco que conseguía en la calle, siempre en movimiento, siempre alerta. Criaturas como aquella que mató a sus padres los perseguían implacablemente, siempre tratando de asesinarlos, siempre tratando de entrar en su mente para controlarla, las pocas personas que trataron de ayudarlos siempre terminaban muertas en una feroz orgía de sangre, las personas que se atrevieron a adoptarlos, a darles calor, cariño o afecto siempre fallecían. Tantos rostros pasaron por su cabeza, tantas personas inocentes, tanta sangre en sus manos.
Sasha no quería sentirse culpable por la muerte de nadie más, por eso se había escapado del último refugio en que los había puesto el Gobierno, por eso permanecía siempre sola con su pequeño hermano, también marcado por los vampiros, por el hecho de haber sobrevivido a lo que vivieron, aunque Sasha sabía que el principal objetivo era ella, quien se había enfrentado y matado a alguien indestructible, ella había realizado lo que nadie en siglos… matar un vampiro, una criatura de la noche, un inmortal; además que en aquella época era solo una niña, ahora adulta, imaginaba que pensarían que era más peligrosa, y realmente lo era, ellos no podían saber cuánto.
Se levantó muy despacio de su cama, envolviéndose en sus propios brazos, dándose calor, frotando las palmas de sus manos por la helada piel, en la oscuridad de aquella habitación maloliente. Tenía tanto sueños destruidos, tanta soledad carcomiéndole el alma que no sabía si iba a aguantar durante mucho tiempo. A la luz de la luna observó dormir a su hermano, su suave respiración hacia que su pecho subiera y bajara en un ritmo lento y sincronizado, se veía tan frágil, su tez pálida iluminada por la luna se veía tan suave, casi como porcelana, sus hermosas cejas espesas y negras, sus largas pestañas, sus rosados párpados que ocultaban la inocencia que siempre se reflejaba en sus ojos oscuros y enormes, sus delgados labios se contraían en una mueca de dolor, su negro cabello que caía en bucles alrededor de su rostro sonrosado. Gabriel ahora tenía doce años, los que había tenido ella cuando todo comenzó…. Cuando todo terminó. De eso ya hacía diez años
Sasha sacudió su cabeza tratando de alejar de ella las pesadillas, los recuerdos, los rostros de su amada familia. Su larga cabellera azabache floto alrededor de su cuerpo, recordándole que tenía pospuesta una visita al peluquero para poner su salvaje cabello en orden, está muy largo, pensó para ella misma, nunca es conveniente que este tan largo, puede llegar a ser un obstáculo en una situación de riesgo, se reprendió a sí misma. Con el sueño huyendo de ella, a pesar de su cansancio, se adhirió al vidrio que daba a la calle, contemplando la noche, las estrellas, la luna, bajó sus ojos a la carretera, y quedó instantáneamente paralizada… algo la observaba, algo en el oscuro callejón enfrente de la pensión en la cual se encontraba. Trató de ver más allá de la oscuridad profunda, pero era impenetrable, después de unos segundos, vio el reflejo de dos ojos brillantes plateados, “Como los ojos de un gato”, pensó.
Sus instintos de supervivencia acometieron contra ella, y rápidamente giró hacia su hermano, mientras trenzaba su cabello con manos ágiles y rápidas.
—Gabriel, Gabriel, despierta cariño, tenemos compañía.
Sasha sacudió al niño hasta que éste entreabrió los ojos perezosamente, pero al ver la cara preocupada de su hermana, inmediatamente se puso de pie. Estaban perfectamente coordinados por la práctica de tantos años huyendo juntos. Gabriel se coloco los zapatos rápidamente y agarro la mochila que guardaba las pocas prendas que cargaban, mientras le lanzaba a Sasha la mochila que contenía las armas. Con precisión Sasha empezó a colocar en su cuerpo los cuchillos, las pistolas, coloco a su espalda la espada envainada y el lanzallamas en la mano izquierda, dejando libre su mano derecha para maniobrar las otras armas.
Gabriel la observaba embelesado, para él Sasha era más que su hermana, era la persona que lo había criado, sentía por ella el amor que un hijo siente por su madre, para Gabriel Sasha era lo mejor, la veía tan hermosa. Físicamente se parecían pero ella tenía una voluntad de hierro que Gabriel estaba seguro de no poseer: Era toda gracia y poder, su rostro, su cabello, sus movimientos había tanta elegancia y fluidez en los movimientos de su hermana, era tan precisa en todo lo que hacía, tan mortífera cuando se lo proponía, en ese momento la vio tan fría y calculadora… que Gabriel se encontró temblando, nervioso, asustado del poder que irradiaba de Sasha. Como si ella pudiera leer sus pensamientos, levantó lentamente la mirada a su hermano. En ese momento Gabriel veía que los ojos de su hermana irradiaban un color plateado, parecido al color de las perlas, como si algo se hubiera posesionado de ella, pero poco a poco el color se opaco hasta que quedaron solamente los ojos de Sasha, tal como la conocía, tal como había sido siempre, mirándolo con ternura, con amor fraterno.
Entonces Gabriel lo sintió, un Poder más allá de cualquiera que hubiera conocido, buscando, llamando, tratando de controlar sus mentes. Sasha y Gabriel se miraron e inmediatamente empezaron a levantar barreras en sus mentes, tan rápidamente que el Poder que había estado buscándolos retrocedió, Sasha suspiró y en ese momento el ataque del Poder vino mucho más fuerte, ambos sintieron su cabeza estallar de dolor y sus sienes pulsaban con cada latido, tratando de dejar fuera de sus mentes al intruso. Ante el ataque psíquico se pusieron en acción, ellos sabían que fuera lo que fuera que estaba allí afuera no tardaría en pasar al ataque físico. Sasha abrió rápidamente la ventana que daba a los tejados en la parte de atrás de la pensión, pasó su delgado cuerpo a través de la ventana y se apoyó en la pared observando atentamente los movimientos de la noche, los susurros de movimiento; levantó su cabeza como si olisqueara el viento, volteó y le hizo señas a Gabriel para que la siguiera, Gabriel ya había metido medio cuerpo fuera de la ventana cuando sintió que unas manos le rodeaban el tobillo, involuntariamente gritó mientras sentía que era succionado hacia adentro por unas manos fuertes que se asieron de sus pies y luego de sus piernas, levantándolo como si fuera tan ligero como una pluma.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Tres libros interesantes

Libros de Lisa Jane Smith

Vampiro secreto
http://www.mediafire.com/?5m2mkezaymj

Hijas de la oscuridad
http://www.mediafire.com/?2gwiwdzmww5

Encantada
http://www.mediafire.com/?mrmnjyg2jy5


Estoy en proceso de traduccion de los siguientes 3 libros ya que no los encontre en español. Son dark angel (Angel Oscuro); The Choosen (La Elegida o El Elegido aún no lo sé) y Soulmate (Almas gemelas)
Que los disfruten

jueves, 11 de marzo de 2010

Pasión en la sangre... (Preliminar)

Sasha no era más que una niña, cuando vió morir a sus padres. La agonía que leyó en sus rostros quedarian impresas en su cabeza para toda la eternidad, ahora ya adulta no entendía el porque de sus muertes, el porque la criatura que les succiono la vida simplemente la dejó vivir a ella, sin tocarla, sin hacerle nada. Continuamente en sus pesadillas veía a aquel monstruo, en las sombras siempre, con un peculiar brillo rojo en sus ojos. Sus pesadillas.... ya las conocía de memoria, era un recuento de lo que había sucedido esa noche, veía cuando la bestia se agachaba sobre su padre y le destrozaba la garganta con sus afilados dientes para después prenderse de la sangre que emanaba de la herida con un placer insano. Su madre y su pequeño hermano en un rincón con sus temblorosos cuerpos a punto del colapso, una vez hubo terminado con la vida de su padre, tomo a su madre de los cabellos arrastrandola a él, de dos zarpazos rasgo los vestidos y la tomó allí delante de sus dos hijos, para después torcerle el cuello y beber de la sangre vital que escurria a lo largo de su cuerpo. En medio de aquella locura, Sasha intentó moverse, correr.. pero su cuerpo no le respondía, la orden de la criatura estaba impresa en su cabeza, sin embargo, cuando vió que se acercaba a su pequeño hermano algo más fuerte en ella renació, un poder que nunca creyó que existiría en alguien tan frágil como ella.
Se abalanzó sobre la horrenda criatura retorciendole la cabeza con sus manos, hasta que su cabeza se separo de su cuerpo, sin embargo observó que aquella bestia no moria, increiblemente seguia viva. Tomó entonces la gasolina que se encontraba en el garage y rocio a la criatura que gritaba y se trataba de alejar de ella. Sasha tomo un fosforo y simplemente lo arrojó hacia el vampiro que se retorcia en agonia, mientras Sasha alzaba a su hermano y lo llevaba escaleras arriba a la cama.
Allí la pesadilla siempre terminaba, gritando y agitando las manos volvia a la realidad, una realidad que no era mucho mejor que su pesadilla.

lunes, 8 de febrero de 2010

Iniciación

Estoy en la labor de crear este nuevo blog.
Como muchos de Ustedes me gustan los misterios.... los vampiros, hombres lobo, dragones... ellos ocupan mis sueños.
Dentro de poco iniciare mis primeros pinitos como escritora, espero les guste.
El Dibujo es porque me considero una fan de los animes, especialmente de blood +, entre otros.
Espero saber pronto de ustedes......