jueves, 2 de septiembre de 2010

Pasión en la Sangre - Capítulo 3

CAPITULO 3 – CONOCIMIENTO

Sasha se quedo mirándolo, entre intrigada y asustada por lo que había acabado de decir.
—¿Cuál es tu nombre? —lo interrogó
—Angus Augustus Athelenus, aunque solo me dicen Angus.
—Bueno “Ang”, serías tan amable de soltarme, creo que puedo sostenerme en pie por mí misma, llevo mucho tiempo haciendo todo sola para que necesite de alguien… y de una vez puedes soltar a mi hermano y retirarte a unos 10 metros de distancia, no me gusta tu cercanía, ah y otra cosa, ningún “nosotros”, yo no soy como tú y espero nunca serlo —lo observó de frente, sin titubear, mostrándole con la mirada lo que pensaba de su actitud para con ella.
Angus sonrió, —Ningún Ang, no sea irrespetuosa niña.
—Y otra vez con esa palabrita, no soy una niña, soy una mujer, un persona adulta, o es que estas ciego.
Angus le recorrió el cuerpo con la mirada llena de deseo —créeme, de eso ya me había dado cuenta, —su mirada quemó a Sasha, —pero para nuestros estándares de vida aún eres una niña, aunque has podido desarrollar sola muchos de los Poderes que solo poseen los vampiros más ancianos, eso significa que eres…. —Angus iba a añadir algo más pero se dio cuenta que Sasha estaba asustada y confusa, así que se guardo el resto de lo que iba a decirle.
—¡No me has oído!, eres bruto, idiota o algo parecido, mira mi boca mientras lo pronuncio, no-soy-como-ustedes.
—Eso es lo que tú crees, desafortunadamente tus padres murieron a manos de los “Renegados”, antes que pudieran introducirte en nuestras costumbres, nuestros niños son muy raros y los protegemos, generalmente esperamos a que sean lo suficientemente maduros para asumir su vida y asumir lo que son, después de los quince comienza el primer aprendizaje hasta los veintiún años que es cuando se empiezan a desarrollar los Poderes. En este momento son más los vampiros convertidos que los nacidos, sin embargo hemos tenido problemas con los convertidos, ya que al haber sido humanos su naturaleza hace que se rebelen a la autoridad y a veces es inevitable que se unan a los “Renegados”, es por eso que nuestras leyes prohíben la conversión de más humanos, realmente solo nos alimentamos de ellos, no más.
Sasha lo miró queriendo ahorcarlo, el hombre era insufrible.
Angus calló mientras la caravana de vampiros llegaba a donde estaban. Sasha sentía una enorme necesidad de correr, sin embargo, eso era imposible por el momento, analizó la situación con cabeza fría: Primero, los vampiros al otro lado del escudo seguían allí, como si estuvieran esperándola. Segundo, quizá ella podría pelear… y aún cuando la idea en sí era descabellada, por la cantidad de vampiros tanto de un lado del escudo como del otro, ella tenía que pensar también en Gabriel, lo primero para ella era su amado hermano, y Gabriel no era muy bueno peleando, aún cuando ella le había enseñado a luchar y a manejar diferentes armas. No quería que Gabriel saliera herido, o algo peor, otra vez las imágenes de los cuerpos sin vida de sus padres aparecieron en su cabeza.
Resignada se quedó al lado de Angus, “si nos quisieran muertos, ya lo habrían hecho ¿o no?” pensó.
.A su lado Angus volteó a verla. “Si te quisiera muerta ni siquiera me hubiera molestado en advertirte y en ayudarte y mucho menos en arriesgar mi vida por ustedes”
“No te metas en mi cabeza troglodita”
“Eres tú la que piensa demasiado alto, controla tus Poderes, ya lo has hecho antes, no entiendo porque no lo haces ahora”
“Yo no tengo ningún Poder, soy humana, ¿no lo entiendes? H-u-m-a-n-a.”
“¿Si?, y entonces como estas comunicándote mente a mente conmigo”
Esto último asustó a Sasha de una manera increíble, puso su barrera mental para que él no pudiera volver a entrar. Pasó una mano a través de su cabello y se dio cuenta que temblaba, por lo que la puso a su espalda antes que alguien se diera cuenta.
El grupo se acercó, hasta quedar a unos cinco metros de donde se encontraba Sasha, Angus y Gabriel; de sus filas salió un hombre alto y fuerte, con su cabello oscuro y sus ojos negros penetrantes. Sasha jadeó, aquel hombre era demasiado parecido a su padre. Sí Sasha no tuviera la certeza que su padre estaba muerto, si no hubiera visto su cuerpo sin vida en el piso en aquella noche, podría jurar que quien se acercaba a ellos era su amado padre, las lágrimas se desbordaron por sus ojos, sin poder controlarlas. El hombre se acercó y se presentó.
—Buenas noches Sasha, Gabriel, —Sasha no pudo reprimir otra lágrima al escucharlo, hasta su voz era tan familiar —mi nombre es Johann, soy el hermano gemelo de su padre, y por lo tanto, como familia, les pido que me acompañen y se hospeden conmigo.
Sasha no pudo aguantarlo más y dejó que su instinto ganara. Sin saber porque, se abrazó a aquel hombre que decía ser su tío, añorando las caricias paternas, añorando el amor y la sensación de familia.
Gabriel la observaba con la boca muy abierta, Sasha nunca era tan abierta a demostrar sus emociones, sin embargo, se dio cuenta que aquel hombre la había desestabilizado como nadie más. Sasha sintió que todo lo que había estado guardando durante diez años se desbordaba en aquel abrazo. Johann, entendiendo como se sentía Sasha simplemente la abrazó y la consoló meciéndola en sus brazos mientras las lágrimas de Sasha seguían derramándose sin que las pudiera controlar ni detener.
—Creo que será mejor que vayamos hacia mi casa —le dijo Johann suavemente a Sasha —no es bueno desestabilizarse delante de tantos de nosotros y menos delante de los “Renegados”.
Al mirar hacia abajo, Johann se dio cuenta que Sasha no podría caminar, su cuerpo se sentía flácido y estaba casi seguro que estaba a punto de desmayarse, se inclinó tratando de cargar a Sasha, y antes de poder hacerlo, Angus estaba allí, ya con Sasha en brazos.
—Es mía —dijo Angus mirando a Johann de frente
Fue lo último que escuchó Sasha antes de caer en la inconsciencia en los brazos de Angus. Un negro abismo la tomo y ella se fue de la realidad.
—Nadie te esta arrebatando lo que por derecho te corresponde, —dijo Johann tranquilamente —sé perfectamente del trato realizado entre nuestras familias, pero ella no puede cargar en este momento con el peso de una promesa hecha antes de su nacimiento, menos con lo que se predijo sobre ella, sobre ustedes, te pido por favor Angus, que la dejes adaptarse, que le permitas estar con su familia como debió haber sido desde el principio, tiene mucho que aprender antes de estar a tu lado.
Angus sabía que el orgullo de Johann estaba siendo barrido por la necesidad de cuidar de Sasha, entre los vampiros el orgullo valía más que cualquier cosa y Johann estaba pidiéndole, casi rogándole. Así que reluctantemente siguió el camino que conducía a la casa de Johann, pero negándose a soltar a Sasha de sus brazos. Acunándola contra su pecho, se sintió completo, nunca se había sentido así. Feliz, la vida le cantaba su música al oído con sólo ver el rostro de Sasha.
Johann palmeó la espalda de Gabriel mientras extendía una mano invitándolo a seguir a Angus, Gabriel obedientemente los siguió

5 comentarios:

  1. Tu lo escribiste??
    Yo tambien soy escritor de novelas... Ahora estoy con una novela vampirica. Con la que pienso concursar en un concurso el año que viene. 75 paguinas es poco por ahora. Me gusto tu escrito, pero devo leer el Cap 1 primero. Soy fan de lo vampirico, espero no te moleste verme por aqui seguido.

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  2. Nada, todo lo contrario, me encanta que te unas a mi blog.
    Pues gracias por colocarme como escritora, hasta ahora soy una amateur, además que la literatura es mi pasatiempo, soy adicta a la lectura.
    Bueno Fabian bienvenido, cualquier crítica constructiva es bienvenida

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  3. Pues todos empiezan de alguna forma.
    Hasta hace un año yo escribia un parrafo y le llamaba capitulo. Me criticaron muy duro por mi trabajo y me tacharon de pesimo... Pero en vez de darce para abajo, hay que seguir mejorando. Y pues leer y comparar los escritos de otros es una gran ayuda (Que yo te aconsejo), Tus escritos son buenos, pero siempre pueden ser mejores. Yo por ejemplo me la paso editando mil veces mis capitulos, por que nunca me agradan lo suficiente.

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  4. Igual me pasa, por eso no había querido publicarlo, porque a cada instante lo cambio, claro que últimamente no he tenido tiempo de escribir.

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