martes, 30 de noviembre de 2010

Pasión en la Sangre - Capítulo 6

CAPITULO 6 – EL SABOR DE TU SANGRE

Sin ser apenas consciente de lo que estaba haciendo, Sasha se abalanzó sobre Angus sentándose a horcajadas sobre él, tendiéndolo de forma agresiva sobre la cama, apretándolo entre sus piernas, ella enrosco las manos alrededor de sus muñecas como si fueran grilletes apresándolo contra las sábanas, y con una lenta lamida recorrió con su lengua la barbilla, pasando por su mejilla y su pómulo, gimiendo al saborear su sangre, como si fuera lo más delicioso que hubiera probado nunca, instantáneamente la herida de Angus se cerró, dejando aún rastros de sangre que Sasha probó con avidez.
Como si esa poca sangre le hubiera dado nuevos ímpetus, empezó a contonearse por encima de la erección de Angus, sacando un jadeó de ella y un gemido de él.
Pequeños colmillos salieron de la boca de Sasha, mientras daba pequeños besos por la mandíbula de Angus, deslizando su boca hacia su cuello, lamiéndolo lentamente, pasando sus colmillos por el pulso que latía allí, por la vena rica en sangre. Él se quedó totalmente quieto, dejándola asumir el control, tratando de no lastimarla, era lo último que querría hacer estando ella tan fuera de control, Angus sentía como se movía Sasha contra él, su palpitante pene no lo dejaba pensar con claridad, la oleada de placer era tan fuerte que se encontró empujando contra ella, la fricción tan increíble, tan placentera que quiso penetrarla y hundirse en su suavidad y perderse a sí mismo dentro de ella, sus colmillos se afilaron saliendo de su boca, disponiéndose a compartir sangre con su pareja. Con un esfuerzo sobrehumano despejó la niebla sexual en la que se hallaba envuelto y logró controlar la lava ardiente que corría por su cuerpo centrándose en su ingle. Dolía como el infierno, pero debía hacerse.
Y al fin y al cabo, pensó Angus, esta así por mi culpa, la arrastre a esto y yo tengo que detenerla, antes que tome mi sangre, ella no sabe las implicaciones que sobrevienen con el primer desangramiento.
—¡Sasha! —dijo Angus mirándola directamente a los ojos, a pesar que su voz sonaba ronca por el esfuerzo de controlarse, su tono era suave y cariñoso —Sasha por favor regresa amor, no quiero lastimarte, mírame a los ojos, tienes una voluntad de hierro, eso lo sé, eres una luchadora, así que pelea contra la sed de sangre, puedes lastimarnos a los dos… aún no nena, no estás preparada para las consecuencias, no sabes lo que estás haciendo…
Un gruñido gutural salió de la boca de Sasha, sonando más como un animal herido que como un ser pensante, separó su boca y sus dientes del cuello de Angus e inclino la cabeza hacia atrás mientras continuaba moviéndose encima de Angus, con el sudor perlando su cuerpo, las gotas se deslizaban por su cuerpo, su piel refulgía en tonos dorados, haciendo aún más difícil el precario control de Angus, un estremecimiento la recorrió mientras el orgasmo rompía a través de ella, el Poder se desprendió de Sasha, tan fuerte como el de un Antiguo, tan grande como un tsunami que salió despedido desde su cuerpo recorriendo la habitación entera y rompiendo todo a su paso, las lámparas estallaron en mil pedazos, los adornos cayeron al piso desde los estantes y las mesas, los vidrios de las ventanas se quebraron con un audible “crack” derramando pedazos de cristal en un estallido de luces y un temblor se generó pasando a través de la casa y de las casas contiguas a la suya. Con un pequeño grito Sasha volvió a desmayarse encima del cuerpo de Angus, su cuerpo laxo derrumbado sobre él.
La angustia de Angus creció al sentir que las manos de Sasha soltaban el firme agarre en sus muñecas, mientras ella se derrumbaba encima de él, su cara pálida y sus labios temblorosos. Con velocidad preternatural la tomó en brazos acomodándola en la cama, fue al baño y tomó una toalla limpiando todo, mientras trataba de componerse y vestirse, sabía que Gabriel, Johann y Lilith vendrían de forma inmediata y no quería que supieran lo que había sucedido, tanto él como Sasha podrían tener problemas… sobre todo si sabían que Sasha había probado su sangre, aunque hubiera sido una minúscula parte de ella.

Mientras Gabriel dormía apaciblemente en el regazo de su tía, y ella y su tío Johann planificaban la forma de acomodar a los muchachos y de organizar la presentación tanto de Sasha como de Gabriel al resto de la comunidad vampírica, un temblor sacudió la casa desde sus cimientos, tan fuerte que las cosas que estaban sobre la chimenea y sobre las repisas se cayeron al suelo en un estruendo de cosas y vidrios rotos.
Johann y Lilith se miraron asombrados ante la fuerza del Poder que se desplego, suavemente Lilith acomodó a Gabriel en el sofá, quien a pesar de todo el ruido y el movimiento solo se acomodo sobre un almohadón y siguió durmiendo como si nada. Se encaminaron juntos y en forma apresurada a la fuente del Poder, la habitación de huéspedes, que en este momento ocupaba Sasha.
—Se supone que Angus está cuidando de Sasha, ¿Qué pudo suceder para semejante despliegue de Poder? —dijo Johann con el ceño fruncido.
—No sé, pero dirijámonos rápido hacia la habitación de Sasha, puede estar en problemas.
—Con la cantidad de Poder que despliega nuestra sobrina, sería muy difícil que le sucediera algo… creo que el que puede estar en problemas es Angus, y tendrá más problemas de los que se imagina si es lo que estoy pensando. —dijo Johann con un tono un poco burlón en su voz.
—¡Johann!, —dijo Lilith dándole una palmada en un brazo —no creo que haya pasado nada… no creo… ¿o sí? —dijo Lilith con los ojos muy abiertos.
—No lo sabremos hasta que estemos allí Lilu, y si no te apresuras, con la velocidad que sabemos que tiene Angus, no vamos a encontrar nada, ya debe haber limpiado “la prueba del delito”.
—ja ja ja muy gracioso.
La puerta de la habitación estaba salida del marco, rota e inclinada hacia un lado, por lo que Johann y Lilith no tuvieron que golpear, ni esperar para poder pasar, uno detrás de otro ingresaron rápidamente a la habitación, fueron recibidos por un montón de objetos destrozados que se extendían por todo el piso. Con cuidado caminaron hacia el centro del cuarto donde Angus se encontraba de pie al lado de la cama de Sasha, demasiado nervioso por lo que pudo observar Johann, ya que continuamente se pasaba la mano por el negro cabello, desordenándolo en todas las direcciones.
Una sonrisa asomó por los labios de Johann cuando entendió la situación, por más que Angus había tratado de organizar las cosas para que nadie se diera cuenta, la evidencia estaba en el desorden de su ropa, el desorden de la cama y el olor que se expandía por toda la habitación, el olor de la excitación tanto de él como de su sobrina. Disimulando una ira que no sentía, Johann dirigió su mirada hacia Angus.
—¿Me puedes informar que fue lo que sucedió aquí?
—emmmm, no sé cómo explicarlo... Ella… yo….
Johann pensó que era muy divertido ver al arrogante y siempre bien puesto Angus en esta situación tan comprometedora, ver a quien se preciaba de su aplomo y su sangre fría tan inestable por una mujer, quería esbozar una sonrisa y burlarse de él, pero por más que quisiera no podía, tenía que ponerle límites a Angus si él quería cortejar correctamente a su sobrina. Aún sabiendo que era inevitable que terminaran juntos, ya que su Destino estaba establecido desde el comienzo de los tiempos, su deber como protector de Sasha debía hacerse valer.
Con el rostro adusto Johann extendió una mano invitando a Angus a que lo acompañara. Lilith tomó el lugar de Angus al lado de la cama de Sasha y los dos se retiraron en medio de escombros y cosas rotas hacia el estudio, donde Johann se sentó en un pequeño sofá y con un gesto invitó a Angus a que tomara asiento enfrente de él. Que complicación, nunca había querido tener una familia propia por evitar las responsabilidades que acarrean los hijos, y aquí se encontraba, a punto de dar un sermón a una persona que era mucho mayor que él sobre la responsabilidad y sobre cómo comportarse en una relación… por Dios, hasta donde había llegado. Acomodándose, Johann comenzó.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Pasión en la Sangre - Capítulo 5

CAPITULO 5 – PASION

Sasha se despertó lentamente, su mente aturdida, ¿estaba durmiendo?, ella nunca dormía tan profundamente, nunca se lo había permitido, era demasiado peligroso para Gabriel y para ella. Asustada, entreabrió los ojos, observó los alrededores como era su costumbre y sintió una presencia a su lado, sin embargo, en lugar de asustarse, la presencia era tan tranquilizante, sentirse abrazada y protegida en esos duros brazos, así que simplemente se acurrucó más enroscándose en ese cuerpo musculoso y varonil, colocando su culo contra… ¿una erección? ¡Oh por Dios!, jadeando se levantó de un solo salto, y se puso de pie en posición para iniciar la lucha, instintivamente mandó una de sus manos hacia las armas que siempre tenía encima de ella, y no encontró nada, ni siquiera encontró ropa encima de su cuerpo, estaba desnuda en medio de una habitación desconocida, durmiendo al lado de un desconocido y completamente desnuda, creo que no he despertado aún. pensó.
—Mi niña, estas más que despierta
Esa voz, tan profunda, tan sensual, tan masculina, le recorrió la piel como un fuego incandescente quemando todo a su paso, hasta su férrea voluntad. Su voz la llamaba, era tentación y pasión, dio dos pasos vacilantes hacia la cama quedando a escasos centímetros de la figura que se perfilaba en la oscuridad. Inmediatamente su cerebro encadenó los acontecimientos, estaba acostada en esa cama con Angus. Él estiró una mano rozando su brazo, acariciando su cintura, bajando por la curva de su cadera y el calor emergió aún más ardiente, pequeñas lenguas de fuego recorrieron toda su piel desde la punta de sus dedos hasta su centro más intimo, sintió una tibia humedad mojándola, urgiéndola, sus piernas no la sostuvieron más y colapsó contra él.
—¡Angus!
—Ven mi pequeña, me necesitas, puedo sentir y oler cuanto me necesitas.
—Angus, no, yo no….
—No te resistas a tu propio cuerpo, no te resistas a tu propio deseo, no te resistas a lo que yo te puedo ofrecer, he esperado tanto por esto Sasha.
Con delicadeza Angus tomó a Sasha por la cintura y la recostó en la amplia cama. La observó, tan hermosa, su cabello como algas en un mar turbulento se esparcía por la almohada, la piel dorada era el cielo, algo tan dulce, algo tan suave, algo que quería probar hasta saciarse completamente.
Las manos de Angus vagaron infinitamente tiernas por su dolorida piel, Sasha tan pérdida en su placer lo dejó hacerlo, la acarició lentamente, subiendo hasta su pecho, acunándolo con su enorme mano. En un momento, Angus apretó el brote de su pezón entre su dedo pulgar y su dedo índice enroscándolo.
—¡Oh, Dios mío! —Sasha tembló entre sus brazos.
Lentamente, Angus descendió su cabeza hacia el mismo pezón que había acariciado y lo tomo en su boca, dándole pequeños golpecitos con su lengua y enroscándola en el delicioso brote, Sasha jadeó y su respiración se aceleró aún más, el dolor que sentía entre sus piernas era insoportable. Y entonces Angus descendió su mano desde su pecho pasando por el vientre liso y descendió hasta su intimidad, abriendo con los dedos los pliegues colocó el dedo pulgar en su clítoris haciendo perezosos círculos alrededor de él.
—¿Qué… estas… haciéndome?
—Nada mi niña, sólo estoy haciendo lo que quieres que haga —Su voz estaba ronca y aquel aire orgulloso que sostenía siempre en el acento de su voz lo había abandonado.
Suavemente Angus introdujo un dedo en su ardiente vaina, se sentía ferozmente caliente y tan húmeda que él mismo se encontró en el borde en ese momento. Los ojos de Sasha, eran opalinos, su enredado cabello sólo la hacía ver más hermosa. Esta era su mujer. Suya, por derecho, por nacimiento, por la profecía, por lo que quisieran pero era suya.
Con este pensamiento Angus introdujo dos dedos, ampliándola, sintiendo la resistencia de su virginidad.
—No más Angus, no más —susurró Sasha.
—Eso dice tu boca, pero tu cuerpo pide más.
Angus se contuvo para no tomarla, aún no, pensó, sabía que Sasha no estaba lista para la clase de compromiso que le iba a ser solicitado cuando supiera la verdad. Disfruta estos instantes, no más.
Sasha sintió el calor subiendo a miles de grados de temperatura, mientras Angus se acomodaba entre sus piernas. Suavemente tomo cada rodilla y la abrió aún más a su asalto. Ella vio descender su cabeza hacia su sexo en medio de una neblina de placer que le enturbiaba la mente, la suavidad de su cabello le acarició los muslos y la dejó sin un solo pensamiento coherente.
Angus se cernió sobre ella… contemplándola desde su altura, su pequeño sexo estaba húmedo y su excitación hacia que su clítoris palpitara, descendió y cuando por primera vez Angus la probó supo que quedaría para siempre prendado a su sabor. Era dulce y picante a la vez, como su Sasha. La lengua de Angus recorrió los labios y se arremolinó sobre el brote de su clítoris, Sasha saltó ante su asalto, por lo que la mano de Angus se posicionó sobre su vientre para anclarla a la cama, las manos de Sasha descendieron al oscuro cabello de Angus enredándose en las sedosas hebras, tiró de él para que continuara. Angus siguió recorriendo con su lengua el sexo de Sasha, introduciéndola en su estrecho pasaje, chupando su clítoris, mientras con la otra mano bajó la cremallera de sus pantalones y sacó su pene acariciándolo, mientras seguía dándole placer a Sasha.
El calor subió varios grados de temperatura en el cuerpo de Sasha mientras que se acercaba a su culminación, Angus sintió que estaba cerca así que aceleró aún más su asalto… hasta que ondas de placer atravesaron a Sasha mientras se retorcía de placer en la cama, mientras la semilla de Angus se derramaba por las sabanas, gimieron al unísono en medio de una neblina de placer y de luces artificiales que estallaban detrás de sus ojos.
Ambos se quedaron tumbados en la cama, la cabeza de Angus descansaba en el vientre de Sasha mientras recuperaban la respiración, lentamente el aturdimiento se disipó dejando en Sasha una fría rabia, que salió de su boca en  forma de un gruñido, inmediatamente Angus levantó la cabeza para contemplarla.
Sasha levantó un puño y lo estampó en la cara de Angus, haciéndole un corte en la mejilla, la sangre resbaló por su piel goteando por su barbilla. A la vista de la sangre los ojos de Sasha se volvieron totalmente plateados mientras una especie de estertor brotaba de su garganta, incrementándose, volviéndose poco a poco un gruñido que helaba la espalda.

Pasión en la Sangre - Capítulo 4

CAPITULO 4 – FAMILIA

Los vampiros que acompañaban a Johann se dispersaron en medio de la noche, después de despedirse de él. Gabriel no confiaba en nadie, mucho menos con la vida de Sasha, así que no perdía detalle de los movimientos de Angus mientras éste tomaba un pequeño camino a través de la arboleda con la muchacha aún desmayada entre sus brazos.
Johann y Gabriel siguieron los pasos de Angus, sin embargo, en un momento Gabriel estaba observando la espalda de Angus, y al siguiente segundo, en un pequeño parpadeo, Angus desapareció de su vista con Sasha entre sus brazos.
Gabriel tomó impulso para salir corriendo detrás de Sasha, cuando la mano de Johann lo contuvo.
—No te angusties, Angus no le hará daño, solo se adelantó a la casa para poder atender a Sasha.
Gabriel se tranquilizó un poco, así que caminaron lentamente hasta lo que parecía una serie de villas, cada una con un inmenso jardín propio que separaba un caserón del otro, los amplios jardines estaban sembrados de árboles frutales que emanaban su dulce esencia al viento. Las flores de la entrada estaban muy bien cuidadas, rosas, claveles, margaritas, jazmines, azaleas, etc.
La casa en sí era enorme, los tres pisos con balcones daban la apariencia de una casa colonial del Medioevo, dos grandes columnas de granito con símbolos ancestrales y antiguos grabados en cada una de ellas, enmarcaban la entrada de la casa mostrando un gran porche blanco, las puertas dobles de cedro oscuro daban acceso e invitaban a entrar, cada una de las puertas tenían hermosos vitrales donde se entrecruzaban más símbolos. Los ventanales eran de vidrio oscurecido, la propiedad se veía muy bien cuidada, toda la casa daba una sensación de paz y seguridad. Al parecer era la vivienda de Johann. Una mujer esperaba con cara ansiosa en la puerta.
—Johann, ¿Qué ha pasado? Angus llego con una muchacha en brazos, supongo por el parecido que es Sasha, pero ¿por qué se desmayó? —preguntó la mujer.
Era relativamente alta, morena, su cabello largo y lacio rodeaban un rostro de finas facciones, al verla Gabriel observó un gran parecido con Sasha, tenía los mismos hermosos pómulos, los ojos negros y expresivos, los labios rebosantes y gruesos, pero a diferencia de Sasha, sus ojos eran calmados y tiernos.
—Lilith, este es Gabriel, —dijo Johann señalando al muchacho, —Gabriel, esta es mi hermana, tu tía Lilith. En cuanto a la razón por la que Sasha vino en ese estado… bueno, creo que entro en shock al verme, parece que le recuerdo mucho a nuestro querido hermano William.
—Oh, ya veo, bueno supongo que podemos ingresar a la casa, Angus dijo que se quedaría a su lado hasta que despertara, Gabriel siéntete como en tu casa. Uhmmm realmente es tu casa, esta propiedad es la herencia directa de tu padre, pero nosotros hemos vivido en ella desde que tu padre salió al mundo exterior fuera del Escudo de Ashleton.
—Bueno, gracias señora —dijo Gabriel tímidamente —pero ya que somos… familia, no veo ningún problema en compartir, además que esta casa es muy grande para nosotros dos solos.
—A ver muchacho si no puedes decirme tía, al menos dime Lilith como todo el mundo. No soy tan vieja, solo tengo 500 años.
Gabriel abrió mucho los ojos ante la afirmación de la mujer, 500 años… en que extraño mundo se había metido, ¿aún estaría dormido?, ¿era esto un sueño?, si era eso, no quería despertar, por primera vez desde que recordará se encontraba cómodo, feliz, seguro, tenía una sensación en el pecho que le llenaba, esto era una familia, ‘su familia’, se recordó.
—Ven Gabriel, vamos a sentarnos junto a la chimenea, donde estaremos más cómodos, además podríamos conversar y conocernos mucho mejor, eso es lo que queremos tu tío Johann y yo
Se sentaron en un amplio sofá, Lilith le trajo a Gabriel un plato de comida deliciosa y humeante.
—¿Solo yo voy a comer?
—Sí, nosotros ya hemos ‘cenado’, —dijo Johann, tratando de decir las palabras adecuadas para no asustar a Gabriel —por ser tan antiguos nuestra dieta se limita a sangre, eventualmente podemos comer, pero no nos alimenta ni nos mantiene fuertes, así que la alimentación humana solo es para cuando deseamos “aparentar”, pero básicamente  la sangre es nuestro sustento.
—Y… como la obtienen, digo, no veo por aquí ningún voluntario estirando el cuello para que se deje morder.
Johann miro a Lilith con una expresión divertida en la cara.
—No, Gabriel, salimos y la buscamos, no lastimamos a nuestros proveedores, solo tomamos un poco de su sangre y nada más. Después entramos en su mente y los hacemos pensar en cosas totalmente agradables para que no recuerden lo que sucedió.
—¡Aghhhh!, que asco.
—Sera mejor que no te de tanto asco, algún día tendrás que hacerlo tú —le dijo Lilith.
—Sí, claro, como no
Una paz se instaló en Gabriel, había vuelto a casa, por fin podía descansar tranquilamente, sin persecuciones, sin violencia, sin sacrificios. Observándolo todo a su alrededor, se acomodó al lado de su tía. Cuando terminó de cenar, recogió su plato y lo lavó mientras Johann y Lilith hablaban, después se sentó nuevamente al lado de su tía.
El fuego que emitía la chimenea era cálido y acogedor, Lilith pasó un brazo por su espalda y Gabriel terminó acomodado en el regazo de su tía, hasta que el sueño se abatió sobre él, y terminó durmiendo profundamente.